jueves, 31 de marzo de 2016

Lectura D. Cassany


Lectura


Cassany, D.  (2011). Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir, pp. 119-137 Barcelona: Paidós.



Resulta bastante gráfica la definición del acto de escribir que al autor nos aporta, basándose en las palabras de Pickett y Laster (1984), refiriendo que el niño escribe como si de un juego de construcción se tratase, es decir, tiene en su mente una imagen del resultado deseado y pone, quita o modifica piezas hasta lograr que el texto sea lo más parecido posible a esa imagen mental previa.

Hay que tener en cuenta que para escribir bien no hay solo que conocer el código escrito, sino saberlo utilizar en cada momento, utilizando la autorregulación y unas estrategias adecuadas a cada contexto. El autor agrupa estas habilidades en tres grandes grupos:
  • Estrategias de composición.
  • Estrategias de apoyo.
  • Datos complementarios.
Dentro de cada una de ellas se agrupan un buen número de destrezas a utilizar. Del mismo modo, Casanny nos ofrece datos precisos, derivados de múltiples experimentos y observaciones llevadas a cabo con dos colectivos: personas que presentan mayor experiencia en la escritura y aquellos otros que no cuentan con la suficiente destreza. Los datos ofrecidos son de carácter estadístico/empírico y tienen la finalidad de facilitar la comprensión del contenido, además de apoyar los argumentos del autor.

Pasamos a analizar cada una de esas estrategias:

ESTRATEGIAS DE COMPOSICIÓN

Se refieren a las destrezas básicas y necesarias para crear y componer un texto. A grandes rasgos, se realiza una marcada distinción entre escritores experimentados (capaces de poner en práctica estas destrezas en función del contexto) y escritores novatos (piensan que componer un texto consiste es sentarse y escribir automáticamente lo que nos pasa por la cabeza, sin panificación alguna).

Entre algunas de estas habilidades:
  • Conciencia de los lectores: viene a significar que para escribir correctamente hay que tener en cuenta el público al que se dirige el mensaje.
  • Planificar la estructura: antes de escribir hay que hacer un borrador o esquema que nos permita ordenar adecuadamente el contenido del escrito.
  • Releer: los escritores noveles revisan el texto cuantas veces sea necesario antes de darlo por finalizado, con el objetivo de que el resultado sea muy similar a lo que habían concebido inicialmente.
  • Correcciones: se refieren a la necesidad de realizar cuantas modificaciones y depuraciones sean necesarias a nivel ortográfico, semántico, sintáctico… antes de dar por finalizado el escrito.
  • Recursividad: alude a la capacidad para redactar un texto siguiendo o no un proceso lineal, o sea, planificar, crear un borrador, revisarlo y componer el texto final.

ESTRATEGIAS DE APOYO 

Son microhabilidades que se utilizan ocasionalmente como modo de solucionar problemas o deficiencias que aparecen durante el proceso de escritura, estando relacionadas con carencias ortográficas, de léxico, de contenido, etc.

El autor nos ofrece una amplia batería de posibles vías para solucionar estas situaciones no deseadas: estrategias mnemotécnicas que facilitan la memorización y la recuperación de la información, consultas en manuales, compendios ortográficos, enciclopedias y otros tipos de fuentes de información...

Las principales deficiencias son:
  • Deficiencias gramaticales o léxicas: solventadas gracias al uso de reglas gramaticales aprendidas, consultas externas de información, etc.
  • Deficiencias textuales: se refieren a la coherencia, cohesión y adecuación del texto. Se nos recomienda que recurramos a modelos de textos elaborados, plantillas o consultas externas.
  • Deficiencias de contenido: las posibles soluciones son similares a las del punto anterior, además de crear nuestras propias ideas o argumentos.
DATOS COMPLEMENTARIOS

Aluden a otras técnicas que ayudan a la comprensión lectora y facilitan la expresión escrita. Nos referimos a la elaboración de esquemas, síntesis o resúmenes o a la técnica de discriminar ideas principales y secundarias en un texto; técnicas básicas para el aprendizaje de nuestros alumnos. Es por ello que el docente, independientemente de la asignatura que imparta, debe incluir en los contenidos de su materia la enseñanza explicita de estas técnicas desde los primeros cursos.

El autor finaliza el capítulo ofreciéndonos una concisa conclusión en la que enumera los elementos a considerar en un buen proceso de escritura:

Ø  Tener en cuenta el público al que dirigiremos el texto.
Ø  Planificar correctamente el proceso y la estructura.
Ø  Releer la composición.
Ø  Revisar el escrito.
Ø  Usar las estrategias y/o destrezas necesarias, adaptadas a cada situación.
Ø  Recurrir a técnicas de resúmenes, esquemas, ideas principales, etc.

Me gustaría concluir mi resumen ofreciendo un “Decálogo didáctico de la enseñanza de la composición”, artículo del mismo autor, Daniel Cassany. Está dirigido a alumnos y a docentes, pues no olvidemos que el proceso de enseñanza-aprendizaje es un hecho interactivo que requiere de la participación de ambos agentes, entre otros.

El aprendiz…. 

1. Escribe en clase.

2. Escribe cooperativamente: colabora con otros.

3. Habla de los que escribe con sus compañeros y docentes.

4. Lee lo que escribe, con objetivos y procedimientos diversos.

5. Se autorregula.

6. Usa materiales y recursos contemporáneos.

El docente…

7. Escribe en el aula: en público, ante la clase, con el aprendiz.

8. Actúa como lector, colaborador, asesor, no como árbitro, juez o jefe.


9. Queda prohibido tirar o destruir productos intermedios (borradores).

10. Escribimos todos los temas para hacer y conseguir cosas que nos interesen.

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